La producción abundante de energía se basa en la instalación de paneles solares, en
la generación de biogás a partir de residuos, centrales termoeléctricas alimentadas por
biomasa obtenida a partir de cultivos, microorganismos y microalgas modificados genéticamente,
de los cuales también se puede obtener bioetanol, biopetróleo y biodiesel. El dióxido de carbono
proveniente de las centrales termoeléctricas y de la generación de biogás se lo puede utilizar para
obtener grafeno y para alimentar cultivos de microalgas capaces de producir desde medicamentos
hasta ácidos grasos omega 3. Luego de la extracción de los principios activos, el resto de la microalga
puede utilizarse para, por pirólisis, obtener nanotubos de carbono, nanomaterial de alto valor agregado.
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